En el siglo XV, una criada llamada Judith fue acusada de brujería por robar.¿Castigo?Una exhibición humillante en un calabozo, donde fue follada brutalmente y degradada por sus pechos caídos.
En el año 1440, la era medieval fue una época de reglas estrictas y castigos severos.Judith, una mucama de pechos caídos, se encontró en problemas con su empleador, Lady Isabella.Acusada de robar a los aposentos de las señoras, Judith fue enviada al calabozo para esperar su juicio.La inquisición fue brutal, y su destino quedó sellado.Esa noche, dos guardias vinieron a llevarla al garaje, donde la obligaron a arrodillarse ante un hombre de enorme polla.La hicieron chupar, sus tetas caídas colgando mientras ella le daba placer.Después de la humillante mamada, se la follaron con fuerza, sus tetitas rebotando en cada embestida.El castigo fue una lección para todas las mucamas, una advertencia contra el robo.Pero la humillación no terminó ahí.La dejaron en el calabo, sus tetazas caídas en exhibición para que todos la vieran.Judit, ahora conocido como el brujo Judith, quedó marcado para siempre por su castigo.
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