Masturbándome con una tarjeta de visa

En un mundo donde la tecnología se ha apoderado de casi todos los aspectos de la vida, no es ninguna sorpresa que algunas personas hayan recurrido a herramientas poco convencionales para el auto-placer.Este es un relato de un escenario tan único, con un hombre que no tiene miedo de explorar los límites de sus deseos sexuales.Ermado con su tarjeta de visado, se embarca en un viaje en solitario del éxtasis.Acaricia hábilmente su miembro palpitante con el plástico, sus movimientos crecen más rápido y más fervientes cada segundo que pasa.La vista del objeto brillante que se desliza contra su piel solo aumenta su excitación, empujándolo más cerca del borde.Cuando llega al clímax, libera su carga caliente, salpicando la tarjeta con su cálida leche.La vista de su semilla goteando del plástico agrega una capa extra de tabú a su acto ya poco convencional.Esto es un testimonio de que el placer se puede encontrar en los lugares más inesperados, y a veces todo lo que necesita es un poco de creatividad y una pizca de atrevido acto.